jueves, 24 de junio de 2010

MIS GORRIONES


Migraron los gorriones de mis manos buscando un nenúfar en tu voz párvula y cándida, que les diera cobijo donde anidar caricias. Se marcharon sin billete de vuelta los gorriones de mis versos al encuentro de un secreto en tus ojos de mandarina, para que los arrullara el tiempo suficiente que les diera motivos por su canto y su paz. Volaron los gorriones de mis ideas hasta el riachuelo de tu pausa y tu calma, para aprender palabras más libres que la palabra libertad, más tiernas que tus mofletes. A saltitos se alejaron mis gorriones para acercarse sin despertar a tus miedos y picotearlos de alegría y vida viva. Vuelven ahora en bandada mis pequeños amigos que tanto me enseñaron y que tanto te aprendieron, y traen consigo un regalo, una recompensa, un precioso motivo, tu hijo que es el mio.

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